¿Cómo vamos? Una pregunta constante

En el marco del contexto educativo actual, afectado profundamente por las circunstancias de la pandemia mundial, se tomó como prioridad el entender y dar seguimiento al sentir y estado de los alumnos; dado que la escuela, su entorno de convivencia y desarrollo natural, quedó ajena a ellos durante todo un ciclo escolar, y por ende su socialización, por el consiguiente aislamiento y reclusión debidos a las normas de distanciamiento. En este sentido se tornó necesario, más que nunca, darles voz a través de diversas actividades, tanto en línea como en classroom, partiendo de la pregunta ¿Cómo vamos?

Durante el curso estuvimos pendientes de cómo se sentían los alumnos. Nos importaba conocer cuáles eran sus emociones, ideas, nuevos hobbies, entre otras actividades que adaptaron para pasar esta cuarentena.

Las actividades realizadas ayudaron a los alumnos a reconocer las diversas emociones que les generaba estar en casa. Los apoyamos dando estrategias para regular sus ciclos de sueño, impulsos y, sobre todo, les hicimos saber que esta situación no duraría para siempre. Reflexionaron en torno a las cosas que podían hacer como jugar, cocinar, bailar, cantar, etcétera, las cuales pudieran disfrutar con su familia.

Entre los recursos que utilizamos para hacer este trabajo fueron videos, dibujos, composiciones, juegos, cuentos, escalas de bienestar, organización de tiempos y espacios, etcétera; actividades diversas para el desarrollo de sus habilidades sociales y motrices.

Todo lo anterior nos permitió identificar el sentir de los alumnos y darle un nuevo enfoque a las actividades académicas a partir del mismo; por ejemplo, formación de equipos de trabajo, actividades lúdicas para el cierre de temas y apertura de espacios, en tiempos cortos, destinados a la convivencia en salas, que les brindara la oportunidad de interactuar de una forma un poco más natural.

A partir del tercer trimestre se añadió cada tres semanas una actividad en línea para seguir impulsando el bienestar de los alumnos, en la que desarrollaran habilidades como la motricidad fina, la expresión de emociones y la socialización. Las actividades fueron: elaboración de peces con material reciclado, pintura con los pies, papiroflexia para hacer un separador de libros y recetas sencillas de cocina. Todo esto en un ambiente relajado donde pudieran disfrutar el momento.

Todas las actividades programadas a lo largo del curso permitieron que muchos alumnos fueran asimilando esta nueva forma de estar y aprender a distancia, aunque sin duda hubo otros a los que realmente se les complicó hacerlo. Sin embargo, estamos seguros que todos pudieron reflexionar y saber que estaban acompañados en todo momento, creando y fortaleciendo un vínculo que parecía difícil de lograr y que les dio una mayor fuerza a todos para afrontar las circunstancias.

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